El Afgano, o Lebrel Afgano, es un perro grande de pelo largo y sedoso; una de las razas de perros más atractivas y bonitas. Pero su belleza no se limita a su exterior. Este perro es sumamente inteligente y astuto, sin embargo, camina con un porte majestuoso como si fuera el dueño del círculo de competencias. Cuando corre, corre como galgo que es. Puede superar los 60 kilómetros por hora, y en terrenos montañosos no tiene par. También puede mantener indefinidamente un trote de unos 20 kilómetros por hora sin demostrar ningún síntoma de fatiga.
El perro Afgano proviene de una raza de perros bien antigua del Medio Oriente; de la misma estirpe que el Galgo Persa (Saluki), del cual el origen se estima al menos en varios miles de años.
Se sabe que el Afgano existía en Irán, Pakistán y norte de la India. Eran dos tipos de estos perros; uno con pelo largo natural de las montañas y otro con pelo más corto de zonas más cálidas. El Afgano que vemos en las competencias caninas y tiendas de mascotas, el que presentamos aquí, proviene del de pelo largo de las montañas de Afganistán. A finales del siglo XIX los soldados británicos llevaron algunos de estos perros a Inglaterra.
En Pakistán este perro era empleado en la cacería, siendo el cazador por excelencia de los temibles leopardos. Se documentan casos de un solo Afgano capturar y matar a un leopardo. No solo cazaba fieras, realmente su agilidad en terrenos montañosos lo hacía inigualable en la persecución de todo animal. En la carrera es capaz de saltar casi siete metros de largo, y desde la posición en atención cuando esta parado lograr casi los dos metros de alto. Como todo galgo, el sentido principalmente utilizado en sus persecuciones es la vista.
El Afgano era el perro mimado de los palacios reales y el perro de todas las villas. La nobleza mantenía un buen número de ellos para las cacerías. Mientras que en los poblados y villas andaban sueltos y aunque protegían la villa, también se tenían que valer por sí mismos; en un estado semisalvaje. El Afgano también ha sido utilizado como perro pastor.
Hemos leído que hasta no hace mucho era prácticamente imposible obtener uno de estos perros en las regiones en las montañas de Afganistán, donde todavía existen. Es cierto que su exportación estuvo, y tal vez esté, prohibida; pero aun así, algunos visitantes insistían en tratar de adquirir uno. Cuando se lograba que una persona acordara vender un cachorro, lo cual hablar del tema era un verdadero acontecimiento en sí, el trato nunca se llegaba a cerrar. Al otro día cuando el comprador, después de hacer los preparativos adecuados, iba a recoger su perrito sólo recibía una explicación: o bien se lo habían robado o se había fugado durante la noche. Los relatos no indican malicia, sólo que los perros son tan apreciados que no es fácil deshacerse de uno de ellos.
El Afgano es un perro muy inteligente, sumamente inteligente, pero no necesariamente obediente. También es extremadamente pícaro, lo cual le era necesario para sobrevivir en el estado semisalvaje y cazar las fieras grandes, pero usa su agilidad mental para hacer lo que estime conveniente y salirse con la suya, en vez de obedecer instrucciones. Se dice que piensa por sí mismo y que es capaz de lograr los mismos resultados, o tal vez con mayor eficiencia, de formas muy diferentes a como el ejercicio demanda. Claro, si se logra adiestrar, su porte y su belleza se roban la admiración de todos. Aunque eso tal vez sea mejor dejarlo en las manos de expertos porque este perro reacciona muy diferente a la mayoría de las otras razas. Pero si usted tiene espacio, tiempo, paciencia, dedicación y un gran sentido del humor, tal vez sea la raza ideal para usted. Por favor recuerde, que el adoptar un perrito es un compromiso, bien serio en este caso, que con buena suerte va a durar al menos una década.
La disposición en general del perro Afgano debe de ser elegante y hasta cierto punto distraída, siempre con un tono alegre, o al menos no serio, y cierta fluidez o suavidad en sus movimientos. En su andar, al igual que cuando está parado, debe mantener la cabeza en alto. La mirada del Afgano da la impresión de no importarle mucho lo que esté pasando. Es una de esas miradas hacia la lejanía o a través de quien tiene delante. Se le considera indeseable aquellos ejemplares tímidos o bruscos en su disposición.
El hocico del perro Afgano es largo y delgado. La boca es delgada pero larga. Mandíbulas fuertes. Se prefiere que la mordida sea de nivel, donde los dientes de la mandíbula inferior caen perfectamente bajo los dientes de la mandíbula superior. También se le permite la mordida de tijera, donde al cerrar la boca los dientes de abajo descansan en la parte interior de los de arriba. La mandíbula inferior debe de cerrar perfectamente. Una vez cerrada no se debe ver la dentadura.
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